¿Qué es la otitis y cómo se diferencian?
La otitis es una de las afecciones más comunes en la infancia, aunque también puede afectar a adultos. Entre sus formas más frecuentes se encuentran la otitis media aguda (OMA) y la otitis media serosa (OMS). Ambas se localizan en el oído medio, pero tienen características clínicas e inmunológicas distintas que merecen diferentes abordajes terapéuticos.
La otitis media aguda es una infección de inicio rápido, caracterizada por dolor, fiebre y, en muchos casos, supuración. Se debe a la colonización bacteriana o viral del oído medio, generalmente secundaria a una infección respiratoria. En cambio, la otitis media serosa no presenta signos evidentes de infección aguda, sino una acumulación persistente de líquido en el oído medio, sin fiebre ni dolor. Se suele manifestar con hipoacusia y sensación de oído tapado.

¿Porqué es importante revisar cómo está el sistema inmune en las otitis crónicas? Suplementos que pueden ayudar a controlar las otitis de repetición
Ambas formas pueden volverse otitis crónicas si se mantienen durante más de 3 meses. En estos casos, se compromete la función auditiva y puede afectar el desarrollo del lenguaje en niños. La disfunción de la trompa de Eustaquio, las alteraciones en la mucosa respiratoria y los desequilibrios inmunológicos son factores clave en su cronificación.
Aquí es donde entra en juego el sistema inmune común de mucosas (MALT), que conecta las defensas del tracto respiratorio y gastrointestinal. En la otitis serosa, se ha observado una sobreexpresión de mucinas, proteínas que forman parte del moco, como respuesta a una inflamación crónica, lo cual favorece la retención de secreciones en el oído medio.
¿Qué probióticos son adecuados para proteger la mucosa orofaríngea?
A su vez, la microbiota intestinal y orofaríngea desempeña un papel fundamental en la maduración y regulación del sistema inmune. Una microbiota sana contribuye a mantener el equilibrio inmunitario y prevenir respuestas inflamatorias exageradas. Por ello, os recomendamos probióticos que contengan la cepa Streptococcus Salivarius K12 como Strepkids de Probactis o Lactobacillus salivarius PS7 de Elebiotic que además no contiene lactosa apta para intolerantes o alérgicos a la proteína de la leche de vaca para proteger la mucosa orofaríngea.
En el caso de las otitis es frecuente que nuestros hijos tomen o hayan tomado algún ciclo de antibiótico. En ese caso, es recomendable «repoblar» el intestino de probióticos multicepa indicados por un profesional de la salud.
También la vitamina D3 ayuda a regular la respuesta del sistema inmunitario. Será otro aliado más en la suplementación para prevenir infecciones respiratorias.
No olvidemos de los lavados nasales preventivos para mejorar el funcionamiento de la mucosa nasal
El control de la acumulación de moco en la cavidad nasofaríngea, donde desemboca la trompa de Eustaquio, es esencial en fisioterapia respiratoria infantil para prevenir y tratar las otitis. En este sentido, las higienes nasales con dispositivos como spray nasal o MAD nasal en lactantes y lotas o rhinodouche para niños mayores de 3 años y adultos, ayudan a eliminar secreciones, reducir la carga microbiana y facilitar la ventilación del oído medio. En algunas ocasiones se pueden combinar con tratamientos nebulizados que ayuden a disminuir la inflamación. Estas prácticas no solo alivian los síntomas, sino que también disminuyen el riesgo de infecciones recurrentes.
En resumen, entender las diferencias entre otitis aguda y serosa, y su relación con el sistema inmune y la microbiota, permite adoptar estrategias preventivas y terapéuticas más efectivas desde la fisioterapia respiratoria, especialmente en poblaciones vulnerables como los niños.
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